Reflexión 1: Las capacidades fijas y la perspectiva interaccionista

 



Reflexión 1

Las capacidades fijas y la perspectiva interaccionista

Una de las ideas centrales que pudimos ver en la clase n°6 del curso de Inclusión Educativa y Atención a la Diversidad, fue la importancia de considerar las perspectivas teóricas que tienen los profesionales de  la educación respecto a los procesos de aprendizaje, ya que este es el marco sobre el cual ellos realizan su labor práctica.

La idea de que las capacidades son una característica fija de las personas se ha encontrado presente en las escuelas durante mucho tiempo, uno de los ejemplos más concretos es el intento de medir la inteligencia a través de test de coeficiente intelectual, como el test WISC que hasta el día de hoy se sigue utilizando en los establecimientos educativos. El autor de este test, David Weschler, decía que el CI no debería variar a lo largo de la vida, y que por lo tanto sirve para hacer predicciones sobre el rendimiento que una persona tendrá a futuro (Cornejo, 2003).

Otra consecuencia derivada de la idea de capacidades fijas y los distintos test que se realizan en las escuelas, es la categorización de las niñas y niños según distintos parámetros, lógica que se encuentra a la base no solo de la práctica individual de un profesional o una escuela, sino que de algunos programas del ministerio de educación como por ejemplo el PIE (programa de integración escolar) el cual utiliza el puntaje obtenido en el test WISC como uno de los criterios  para ingresar a un estudiante al programa.

Los distintos puntos anteriormente mencionados entran en conflicto con el objetivo de avanzar hacia una educación inclusiva, ya que si las capacidades son fijas y existen test que pueden medir el desarrollo futuro de las niñas y niños, pierde sentido realizar esfuerzos en quienes no tienen la capacidad real de mejorar. Sin embargo, en la clase se mencionó que desde una perspectiva interaccionista el aprendizaje se da en interacción con los otros, y que las capacidades no son fijas, de hecho se pueden transformar en esta interacción, por lo tanto desde esta perspectiva se puede entender que el foco debe estar puesto en identificar necesidades de apoyo con el fin de trabajarlas en conjunto a todo el grupo, sin la necesidad de separar y aislar a los estudiantes en distintas categorías.  

Reflexionar sobre la importancia de la interacción entre estudiantes con distintas capacidades no solo es útil para pensar en las prácticas al interior de la sala de clases o en la escuela, sino que sirve para mirar el sistema educativo chileno en su totalidad, ya que si consideramos que categorizar y separar a los estudiantes es una práctica que atenta contra la inclusión y la diversidad, se debe tener en cuenta que el sistema educativo chileno está construido sobre lógicas de competencia entre las escuelas que propician la segregación,  sea por clase social, rendimiento u otra categoría, el resultado es un cuerpo estudiantil más homogéneo en cada escuelas.

Referencias

Cornejo R. (2003). ¿Se puede medir la inteligencia? El coeficiente intelectual y el desarrollo del pensamiento. Boletin Mediar, 15, 1-4. Centro de desarrollo cognitivo. Universidad Diego Portales.

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